Traductor ...

30 de mayo de 2016

Desamor ...


Es mentira que el desamor llegue de repente. Sólo que es silencioso y escurridizo. Y se disfraza. O se tapa. Como esas pelusas incómodas que escondes bajo el sofá porque ya barrerás otro día. Luego, hacemos como que nos sorprende. Pero saber sabíamos que estaba ahí e iba creciendo. A veces, simplemente, crecer separa. Un día descubren que hablan lenguas distintas y no se entienden. Ya no. Intentan acercarse y duele. Deciden entonces dar espacio al silencio, como un ¿último? gesto de amor. Volverán a aprender, despacio, a comunicarse. Tendrán que re-conocerse de nuevo. Descubrir si quieren a alguien que ya no existe, o si quizás puedan quererse como son ahora. Casi todos los días vivimos pequeños desamores. Una frase no dicha. Palabras que hacen daño. Caricias sin respuesta. Un pequeño gran olvido. Desilusiones. Esperas. Juegos no entendidos. Complicidades perdidas. Cosas que no nos gustan del otro, de la otra. Nos distancian. A veces miles de kilómetros en un solo segundo. La cuestión es cómo acercarse otra vez. Por eso el amor se hace, por eso el amor se cuida.

Irene Choya

20 de mayo de 2016

Soneto de otoño ...


Si puedo dejarte ir como los árboles dejan ir sus hojas, tan naturalmente, una por una; si puedo llegar a saber lo que ellos saben, que la caída es alivio, es consumación, entonces el miedo al tiempo y a la fruta incierta no perturbaría los grandes cielos lúcidos, este otoño extrañísimo, dulce y severo. Si puedo soportar lo oscuro con los ojos abiertos y llamarlo estacional, no áspero o extraño (porque también el amor necesita un tiempo de descanso), y como un árbol estarme quieta ante los cambios, perder lo que se pierda para guardar lo que se pueda, la extraña raíz todavía viva bajo la nieve, el amor resistirá –si puedo dejarte ir.
May Sarton

10 de mayo de 2016

Abismos ...


¿Con qué relato refuerzas tus viejas ideas? ¿Qué estás dispuesto a perder? ¿Con qué teoría escondes las preguntas que no te haces? ¿Qué alfabeto olvidaste para decir tantas veces cuando dudas y no cuando te sofoca el deseo? ¿Cuánto hay de ti en lo que atribuyes a quienes amas? ¿Cuánto hay de ti en la soledad que temes? ¿A qué temes cuando supones en vez de preguntar? ¿Dónde trazas las líneas que separan la discreción de la mentira, el cuidado del control, la atención de la necesidad? ¿Cuando dices libertad no querrás a veces decir egoísmo? ¿Qué pregunta es la que al final nunca logras hacerte?
González Sanz & Casielles

30 de abril de 2016

Desnudo de mujer ...


Para ti nunca fui más que un pedazo de mármol. Esculpiste en él mi cuerpo, un cuerpo de mujer blanco y hermoso, en el que nunca viste más que piedra y el orgullo, eso sí, de tu trabajo. Jamás imaginaste que te amaba y que me estremecía cuando, dulce, moldeabas mis senos y mis hombros, o alisabas mis muslos y mi vientre. Hoy estoy en un parque, donde sufro los rigores del frío en el invierno, y en verano me abraso de tal modo que ni siquiera los gorriones vienen a posarse en mis manos porque queman. Pero, de todo, lo que más me duele es bajar la cabeza y ver la placa: «Desnudo de mujer», como otras muchas. Ni de ponerme un nombre te acordaste.
Amalia Bautista

20 de abril de 2016

Puerto Madryn ...


Arremangarse los vaqueros que descalza la playa se amolda a los pies; el mar es intratable en la extensión fría, pero la arena húmeda recibe. Resta un tramo de caminata hasta los barcitos de la costa y el mediodía invade el aire con el olor a pescado frito, fresco. La bajada trae el alerta, el imprevisto moverse de los cangrejos y ráfagas heladas, impensables para dormitar el cansancio; anárquicas levantan en la sequedad de los médanos restallantes remolinos. Mientras encuentre plácida esas andanadas -se dice como quien se mide en lo externo- la carne no será crepuscular. La caparazón de un erizo frágil pero intacto toca en su bolsillo, una mesa afuera busca, dispuesta a la intransigencia con el viento, servilletas para escribir o entrar a espiraladas sensaciones. Pero todavía, no se ha ganado ese instante de compensación punzante o maravilloso que traspasa la simpleza; nada aún sino el foco sobre algunas acciones mínimas, accesos que tientan rugosos paralelos. Sólo el movimiento que ablanda y desmarca y deja que llegue lo real, el mediotono inoculador de la caminata y el día, la escalera solar por donde reptan sus animales nocturnos. Nada sino el tiempo sorbido en los olores en la erosión tangible de la playa; nada excepto el momento en que las cosas suceden.
Alicia Genovese

10 de abril de 2016

Dios hubiera dicho ...


¡Deja ya de estar rezando y dándote golpes en el pecho! Lo que quiero que hagas es que salgas al mundo a disfrutar de tu vida. Quiero que goces, que cantes, que te diviertas y que disfrutes de todo lo que he hecho para ti: los ríos, los lagos, las playas. Ahí es en donde vivo y ahí expreso mi amor por ti. Deja ya de culparme de tu vida miserable; yo nunca te dije que había nada mal en ti o que eras un pecador, o que tu sexualidad fuera algo malo. El sexo es un regalo que te he dado y con el que puedes expresar tu amor, tu éxtasis, tu alegría. Así que no me culpes a mí por todo lo que te han hecho creer. Deja ya de estar leyendo supuestas escrituras sagradas que nada tienen que ver conmigo. Si no puedes leerme en un amanecer, en un paisaje, en la mirada de tus amigos, en los ojos de tu hijo ¡No me encontrarás en ningún libro! Confía en mí y deja de pedirme ¿Me vas a decir a mí como hacer mi trabajo? Deja de tenerme tanto miedo. Yo no te juzgo, ni te critico, ni me enojo, ni me molesto, ni te castigo. Yo soy puro amor. Deja de pedirme perdón, no hay nada que perdonar. Si yo te hice. Yo te llené de pasiones, de limitaciones, de placeres, de sentimientos, de necesidades, de incoherencias, de libre albedrío ¿Cómo puedo culparte si respondes a algo que yo puse en ti? ¿Cómo puedo castigarte por ser como eres, si yo soy el que te hice? ¿Crees que podría yo crear un lugar para quemar a todos mis hijos que se porten mal por el resto de la eternidad? ¿Qué clase de dios puede hacer eso? Olvídate de cualquier tipo de mandamientos, de cualquier tipo de leyes; esas son artimañas para manipularte, para controlarte, que sólo crean culpa en ti. Respeta a tus semejantes y no hagas lo que no quieras para tí. Lo único que te pido es que pongas atención en tu vida, que tu estado de alerta sea tu guía. Amado mío, esta vida no es una prueba, ni un escalón, ni un paso en el camino, ni un ensayo, ni un preludio hacia el paraíso. Esta vida es lo único que hay aquí y ahora y lo único que necesitas. Te he hecho absolutamente libre, no hay premios ni castigos, no hay pecados ni virtudes, nadie lleva un marcador, nadie lleva un registro. Eres absolutamente libre para crear en tu vida un cielo o un infierno. No te podría decir si hay algo después de esta vida, pero te puedo dar un consejo: Vive como si no lo hubiera. Como si esta fuera tu única oportunidad de disfrutar, de amar, de existir. Así, si no hay nada, pues habrás disfrutado de la oportunidad que te di. Y si lo hay, ten por seguro que no te voy a preguntar si te portaste bien o mal, te voy a preguntar ¿Te gustó? ¿Te divertiste? ¿Qué fue lo que más disfrutaste? ¿Que aprendiste? Deja de creer en mí; creer es suponer, adivinar, imaginar. Yo no quiero que creas en mí, quiero que me sientas en ti. Quiero que me sientas en ti cuando besas a tu amada, cuando arropas a tus hijos, cuando acaricias a tu perro, cuando te bañas en el mar. Deja de alabarme ¿Qué clase de Dios ególatra crees que soy? Me aburre que me alaben, me harta que me agradezcan ¿Te sientes agradecido? Demuéstralo cuidando de ti, de tu salud, de tus relaciones, del mundo ¿Te sientes mirado, sobrecogido? ¡Expresa tu alegría! Esa es la forma de alabarme. Deja de complicar las cosas y de repetir como perico lo que te han enseñado acerca de mí. Lo único seguro es que estás aquí, que estás vivo, que este mundo está lleno de maravillas ¿Para qué necesitas más milagros? ¿Para qué tantas explicaciones? No me busques afuera, no me encontrarás. Búscame dentro … ahí estoy, latiendo en ti.
Baruch Spinoza

30 de marzo de 2016

Intimidades ...


Uno se harta de cáscaras y tiene hambre de pulpa: pulpa humana, sincera, veraz y conmovida. Pulpa franca que vierte sus jugos luminosos. Pulpa extraña y ardiente de humano inacabado. Y de pronto suceden audaces desnudeces: renunciar a ser nadie, abrirse indefendido, mostrar eso que duele mientras el otro muestra su espíritu injuriado por injustos cuchillos. Mostrarnos la belleza que anima nuestro espacio oculto, inmaculado, ungido de hermosura; mostrarnos uno al otro impretendidamente, sin máscaras que asfixien la esencia despertada. Construir la confianza como quien edifica con su máximo aliento puentes, templos, caminos. Y entonces sí, sucede: la cáscara se parte y convida, fragante, la más íntima pulpa: el centro, lo que fuimos antes de que la vida asfaltara los prados que pisamos descalzos. Nos sabemos completos cuando el otro nos sabe, cuando al otro ofrecemos lo que hay, lo faltante, lo que pronto seremos, lo que fuimos, y aquello que guardamos intacto para quien lo merezca: el ámbito recíproco desde donde ejercemos la vital transparencia con que dos se hacen uno. 
Virginia Gawel

20 de marzo de 2016

Eres ...


Tú no eres tus años. Ni la talla que llevas. No eres tu peso. O el color de tu pelo. No eres tu nombre. O los hoyuelos en tus mejillas. Eres todos los libros que has leído. Y todas las palabras que dices. Eres tu voz soñolienta en la mañana. Y las sonrisas que intentas ocultar. Eres la dulzura de tu risa. Y cada lágrima derramada. Eres las canciones que gritas tan fuerte, cuando sabes que estás completamente sola. Eres también los lugares donde fuiste y el único que realmente llamas casa. Eres todo en lo que crees. Y las personas a quien quieres. Eres las fotografías de tu habitación. Y el futuro que pintas. Estás hecha de tanta belleza, pero tal vez todo esto se te escapa. Desde cuando decidiste ser todo lo que no eres.
Ernest Hemingway

10 de marzo de 2016

El hombre ...


El hombre es el producto de causas cuyo fin es imprevisible; que su origen, su crecimiento, sus esperanzas y temores, sus amores y creencias, son sólo el resultado de colisiones accidentales de átomos; que no hay fuego, ni heroísmo, ni profundidad de pensamiento o sentimiento que tenga vida propia después de la muerte; que todo el esfuerzo de la eternidad, toda la devoción, toda la inspiración, toda la luz de mediodía del genio humano están destinados a la extinción en la muerte del sistema solar; y que todo el templo de las hazañas del hombre debe quedar inevitablemente enterrado bajo los restos de un universo en ruinas, todo ello es tan cierto que no puede sostenerse firmemente ninguna filosofía que lo rechace. Sólo considerando estas verdades, sólo sobre la firme base de la desesperación inflexible puede hallarse una morada para el alma.
Bertrand Russell

29 de febrero de 2016

Hacer el bien ...


El optimismo es la fe que conduce al éxito. Nada puede hacerse sin esperanza y confianza. Lo que alguna vez hemos disfrutado, nunca lo perdemos. Todo lo que hemos amado profundamente se convierte en parte de nosotros mismos. Uno no debe nunca consentir arrastrarse cuando siente el impulso de volar. La seguridad es más que nada una superstición. La vida es una aventura atrevida o no es nada. Cuando una puerta de felicidad se cierra, otra se abre, pero muchas veces miramos tanto tiempo la puerta cerrada que no vemos la que se ha abierto para nosotros. Ningún pesimista ha descubierto nunca el secreto de las estrellas, o navegado hacia una tierra sin descubrir, o abierto una nueva esperanza en el corazón humano. La tiranía no puede derrotar el poder de las ideas. En el maravilloso reino de la mente he de ser libre como los demás. No inclines nunca la cabeza, tenla siempre erguida. Mira al mundo directamente a la cara. No soy la única, pero aún así soy alguien. No puedo hacer todo, pero aún así puedo hacer algo; y justo porque no lo puedo hacer todo, no renunciaré a hacer lo que sí puedo. Todo llega a esto: la forma más fácil de ser feliz es hacer el bien.
Helen Keller

20 de febrero de 2016

Frente de la casa ...


Ayer, mientras paseaba por un barrio apartado, pasé por frente de la casa donde solía entrar cuando era joven. Allí, el amor mi cuerpo había dominado con su poder maravilloso. Y ayer, cuando pasé por la vieja calle, se embellecieron al punto por el encantamiento del amor los negocios, las aceras, las piedras y murallas y balcones y ventanas: nada feo quedó allí. Y mientras estaba detenido y contemplaba la puerta y permanecía detenido y me tardaba allí delante de la casa, de todo mi ser brotaba la guardada emoción del placer.
Constantino Cavafis

10 de febrero de 2016

El baño ...


Hay una ducha al fondo de la casa y cada tardecita, después del calor, el río, los mates, las conversaciones sudorosas en el porche, es la hora del baño. Atravieso los ligustros, dejo la toalla en una rama, el jabón sobre un tronquito hachado al ras; un mínimo preparativo antes de hacer correr el agua. Fría al comienzo, después más tibia llega la que el sol abrasó en el tanque de fibrocemento el día entero. Al aire libre la caña de ámbar vuelve encantamiento, el rito diario. No sabe nadie, nadie presencia mi tarde detrás del arroyo; piedrita que alguien regala y al aceptarla toma la forma de tu mano; no tiene valor, no se cotiza ni siquiera se pone en una vitrina de objetos exóticos; se vive con poco, con nada se hace un reino.
Alicia Genovese

30 de enero de 2016

Un globo ...


Un globo así de grande y mil colores diferentes bien brillantes, cada una de las formas aún difíciles de la libertad y la ternura. Los ojos que se enciendan, las manos que se animen, ceremonia inicial del encuentro y el asombro. Un globo así de grande y mil colores diferentes bien brillantes, para vos por esa distancia de aquí al tiempo total de la libertad y la ternura, herencia fundamental de la búsqueda para alcanzar el encuentro y el asombro, para no perderlos nunca.
Carlos Aiub

20 de enero de 2016

Los que van a morir ...


Los que van a morir dejan fotos, libros, alianzas de boda entre cajas y hermanos. La memoria de uno no es mejor que el silencio y quien tira guarda su trascendencia. Los que vamos a morir más tarde, revolvemos el mundo y hacemos del peso y de lo leve una filosofía de casa. El actor sabe del instante de la escena, el cronista distingue la historia entre los bártulos. ¿Qué rescata el astrónomo de las piedras de la casa de su infancia? ¿De qué prescinde el artesano? ¿Acaso busca el alcohólico la copa del olvido? Nadie reza, pero dan ganas con tanto rosario y estampita, por el aire al primer viento que uno respira y creyente o no se deja arrastrar por el deseo. ¿Estás ahí? Los padres se fueron y no hay religión sino la intimidad fraterna, la comunión del silencio.
Gabriela Franco

10 de enero de 2016

Dichosos ...

Dichosos los que baten palmas y hacen ruido con los pies y contestan a los títeres, al actor que bromea, y ríen dichosos el sordo que canta y silba y el ciego afinado que mueve su cuerpo y apunta su cara al cielo. Dichosos los que saludan por la calle, bailan sueltos de andar, de nada para perder, más pudorosos que Dios, sinvergüenzas, dichosos. Dichosos los que copulan dormidos y al despertar, copulan despiertos, los viejos que charlan con sus atadillos y se burlan de las palomas y del frío. Dichosos los que lloran porque son tristes y los que ríen cuando la lluvia empapa lo puesto a secar, dichosos el rojo, el azul y el amarillo.
Irene Gruss

30 de diciembre de 2015

El futuro ...

Qué lindo era el futuro, el futuro del pizarrón de cuarto grado, todo hecho con tizas de colores y una confianza buena, de las viejas, de esas que ya no se consiguen ni pagando al contado. Era realmente lindo, lindo aquel futuro del pizarrón de cuarto, había chicos decentes tomados de la mano chicos con las orejas limpias y las medias derechas y los dientes seguramente cepillados. Juro que era lindísimo el futuro del pizarrón de cuarto grado. Había toros, libélulas y ríos, había trenes, palomas y silos y aeroplanos, había campos y escuelas y edificios altísimos, había vacas y ovejas bellamente pastando. Había una iglesia y un trigal y un puerto con muchísimos barcos. Al fondo, por supuesto, un ancho sol naciente en amarillo, con sus ojos, su boca, su sonrisa en realidad bastante parecido al de la tapa del cuaderno 'Sol de Mayo' pero de todos modos era una maravilla aquel futuro del pizarrón de cuarto grado. Ah, si pudiera entrar en el futuro ! en el futuro aquel en seis colores del pizarrón de cuarto grado. Cómo caminaría derechito hacia el gordo sonriente en amarillo acogedor, humano. Cómo andaría entre toros, libélulas y ríos y trenes y palomas y aeroplanos. A lo mejor iría tomado de la mano de algún chico decente, buenito, bien peinado. Caminaríamos alegres y llenos de esperanza porque, es claro ... el camino sería bello y fácil como eran los caminos del futuro en el lindo futuro del pizarrón de cuarto grado. Sin barreras, sin piedras, sin pozos, sin semáforos, nadie nos pediría documentos, ni nos requisarían baleros subversivos, ni nos sospecharían ladrones o extremistas o infiltrados. Nadie nos metería, por supuesto, en un atroz fantasmagórico Ford Falcón, ni mucho menos iríamos a aparecer al otro día junto a un montón de cápsulas servidas, ni dirían los diarios con sus letras chiquititas y su fea sintaxis cosas como "se procedió a identificarlos" No, no, sencillamente no, porque eso no figuraba para nada en el futuro, porque eso la señorita no lo había dibujado con borrador, y tiza y esperanza en el prolijo y diáfano futuro del pizarrón de cuanto grado. El cual como se sabe estaba todo hecho con tizas de colores con un redondo sol de Sol de Mayo y una confianza buena, de las viejas, de esas que ya no se consiguen ni pagando al contado.
Humberto Costantini

20 de diciembre de 2015

Abril es oro ...

Abril es oro y mayo rojo siena de junio y descarnada luz, julio, sueño preñado en su agosto verde inicial. Puntas que estallan luego cuando entero posa septiembre la filigrana primaveral. Retorna el rojo punzante ahora violados tonos creciendo al brillo que ya instalado corona octubre de un blanco tul. Lleno completo que a los sentidos sacia inocente, noviembre y luego quema, promesa sin fin diciembre con sus cigarras cantando a pleno marcan cenit enero exceso lujoso hundido bajo ese sol. La luz de pronto cambia y, se anuncia el oro: es el melancólico febrero. Fresnos y sausalitos inician su declinación. Así, en medio del esplendor ardiente llegan, lares que se hacen presentes. Señan la dicha atroz del espíritu: ser, no siendo. Alza marzo espejismos de un verano eterno. Decae y qué dulce es su tumultuoso caer. Un instante de homenaje y fata morgana también. Adiós amigas mías, guerras floridas adiós. Se ha hecho presente el tiempo sobre la tierra que ayer vivimos. Amo tu tajo y muero por él. Todos los ríos vuelven aquí. Se trata sólo de respetar nuestro hilito propio, oh sí, fiel a la ilusión. Abril es oro y mayo rojo.
Diana Bellessi

10 de diciembre de 2015

Una carta de amor ...

Todo lo que de vos quisiera es tan poco en el fondo porque en el fondo es todo, como un perro que pasa, una colina, esas cosas de nada, cotidianas, espiga y cabellera y dos terrones, el olor de tu cuerpo, lo que decís de cualquier cosa, conmigo o contra mía, todo eso es tan poco, yo lo quiero de vos porque te quiero. Que mires más allá de mí, que me ames con violenta prescindencia del mañana, que el grito de tu entrega se estrelle en la cara de un jefe de oficina, y que el placer que juntos inventamos sea otro signo de la libertad.
Julio Córtazar




30 de noviembre de 2015

Ahora estoy completamente solo ...

Ahora estoy completamente solo, ahora que llenas mi universo, este alegre universo en expansión con galaxias, cefeidas, supernovas, y tú detrás de cada grado del espacio, que una palabra tuya contrae y concentra en tu sola persona de nuevo como un astro en pulsaciones: no tengo más amigos, no tengo más interés por nada, estoy aquí estudiando tu cosmografía, tus emisiones de radio, tus sizigias, más exactamente tu boca y tus ojos, más exactamente aquello que está en el fondo de los ojos, y todavía más exactamente, a ti.
Juan Rodolfo Wilcock

20 de noviembre de 2015

Hipótesis ...

Pensaba Ptolomeo que el mundo era como el ojo de ciertas mujeres: una esfera de húmedos cristales en que cada astro describe una órbita perfecta sin pasiones, mareas o catástrofes. Luego vino Copérnico, sabio que cambió senos por palomas, cosenos por espantos y la pupila del sol fue el centro del universo mientras Giordano Bruno crepitaba para felicidad de curas y maridos. Entonces Galileo estudiando a fondo el corazón de las muchachas naufragó en el buen vino –luz aglutinada por el sol– violó estrellas que no eran de cine y antes de morir sobre la cola de un cometa sentenció que el amor era infinito. Kant por su parte no supo nada de mujeres, preso en la mariposa de los cálculos en polen metafísico y a Hegel tan abstracto le resultó el asunto demasiado absoluto. Por mi parte propongo al siglo XX una hipótesis simple que los críticos llamarán romántica. Oh muchacha que lees este poema el mundo gira alrededor de ti.
Víctor Rodríguez Núñez

10 de noviembre de 2015

Te deseo tiempo ...

No te deseo un regalo cualquiera, te deseo aquello que la mayoría no tiene, te deseo tiempo para reír y divertirte, si lo usas adecuadamente podrás obtener de él lo que quieras. Te deseo tiempo para tu quehacer y tu pensar, no sólo para ti mismo, sino también para dedicárselo a los demás. Te deseo tiempo, no para apurarte y andar con prisas, sino para que siempre estés contento. Te deseo tiempo, no sólo para que transcurra, sino para que te quede tiempo para asombrarte y tiempo para tener confianza y no sólo para que lo veas en el reloj. Te deseo tiempo para que toques las estrellas y tiempo para crecer, para madurar. Para ser tú. Te deseo tiempo para tener esperanza otra vez y para amar, no tiene sentido añorar. Te deseo tiempo para que te encuentres contigo mismo, para vivir cada día, cada hora, cada minuto como un regalo. También te deseo tiempo para perdonar y aceptar. Te deseo de corazón que tengas tiempo, tiempo para la vida y para tu vida.
Indios Americanos

30 de octubre de 2015

Escépticos y optimistas ...

Los escépticos y los optimistas se miran siempre de reojo. Son desconfiados de nacimiento. Los escépticos se burlan de los demás y de sí mismos. Se aburren de creer y no echan de menos las ausencias. Los optimistas vencen al tedio y a la fiebre. Aprenden del ayer y no lo borran. Conocen y reconocen que vendrá algo mejor y desde ya preparan la bienvenida. Los escépticos van y vienen sin nada. Y lo que es peor, sin nadie. Abrazan al pesimismo como único consuelo. Inventan una tristeza sin lágrimas, dura como una mueca. Los optimistas se entienden con el río y con el cielo que lleva en su corriente. Saben que allí navega la tutela más leal, más respetable, y asumen el alma como agua. Los escépticos son apenas mendigos, y el tiempo que transcurre les deja su limosna. No logran escapar del viejo laberinto y reciben mensajes que son indescifrables. Los optimistas en cambio guardan a menudo algo de gloria, que no es siempre la de hoy ni la de antes. Hacen un nudo con las certidumbres y llenan su bolsillo de poesía.
Mario Benedetti

20 de octubre de 2015

Adiós ...

Ya hemos gastado las palabras por la calle, mi amor, y lo que nos quedó no llega para alejar el frío de cuatro paredes. Hemos gastado todo menos el silencio. Hemos gastado los ojos con la sal de las lágrimas, hemos gastado las manos a fuerza de apretarlas, hemos gastado el reloj y las piedras de las esquinas en esperas inútiles. Meto las manos en los bolsillos y no encuentro nada. Antiguamente teníamos tanto para dar el uno al otro; era como si todas las cosas fuesen mías: cuanto más te daba más tenía para darte. A veces tú decías: tus ojos son peces verdes. Y yo lo creía. Lo creía, porque a tu lado todas las cosas eran posibles. Pero eso era en el tiempo de los secretos, era en el tiempo en que tu cuerpo era un acuario, era en el tiempo en el que mis ojos eran realmente peces verdes. Hoy sólo son mis ojos. Es poco pero es verdad, unos ojos como todos los demás. Ya hemos gastado las palabras. Cuando ahora digo: mi amor, ya no pasa absolutamente nada. Y sin embargo, antes de gastar las palabras, tengo la certeza de que todas las cosas se estremecían sólo por murmurar tu nombre en el silencio de mi corazón. Ya no tenemos nada que dar. Dentro de ti no hay nada que me pida agua. El pasado es inútil como un trapo. Y ya te lo he dicho: las palabras se han gastado. Adiós.
Eugenio De Andrade

10 de octubre de 2015

La ausencia ...

El ausente, el celoso, se provocan, aquél con sentimiento, éste con ira; presume éste la ofensa que no mira, y siente aquél la realidad que toca. Éste templa, tal vez, su furia loca, cuando el discurso en su favor delira; y sin intermisión aquel suspira, pues nada a su dolor la fuerza opaca. Éste aflige dudoso su paciencia y aquél padece ciertos sus desvelos; éste al dolor opone resistencia, aquél, sin ella, sufre desconsuelos; y si es pena de daño, al fin, la ausencia, luego es mayor tormento que los celos. 
Sor Juana Inés de la Cruz

30 de septiembre de 2015

Espero curarme de ti ...

Espero curarme de ti en unos días. Debo dejar de fumarte, de beberte, de pensarte. Es posible. Siguiendo las prescripciones de la moral en turno. Me receto tiempo, abstinencia, soledad. ¿Te parece bien que te quiera nada más una semana? No es mucho, ni es poco, es bastante. En una semana se puede reunir todas las palabras de amor que se han pronunciado sobre la tierra y se les puede prender fuego. Te voy a calentar con esa hoguera del amor quemado. Y también el silencio. Porque las mejores palabras del amor están entre dos gentes que no se dicen nada. Hay que quemar también ese otro lenguaje lateral y subversivo del que ama. Tú sabes cómo te digo que te quiero cuando digo: “que calor hace” “dame agua” “¿sabes manejar?” “se te hizo de noche” Entre las gentes, a un lado de tus gentes y las mías, te he dicho “ya es tarde”, y tú sabías que decía “te quiero”. Una semana más para reunir todo el amor del tiempo. Para dártelo. Para que hagas con él lo que tú quieras: guardarlo, acariciarlo, tirarlo a la basura. No sirve, es cierto. Sólo quiero una semana para entender las cosas. Porque esto es muy parecido a estar saliendo de un manicomio para entrar a un panteón.
Jaime Sabines

20 de septiembre de 2015

Eros ...

El pensar es un hecho revolucionario. La acción es la consecuencia del pensamiento. Pensar y comunicar producen energía. Trasmitir la energía del pensamiento. Producir cambios a través del pensamiento. Encontrar en la imaginación soluciones vitales. Un punto conectado a tierra genera fuerza creativa. El poder creativo comunica a todos. El ambiente condiciona a la gente. Para ser libres se necesita una transformación. Tenemos el poder de elegir. También el Eros tiene necesidad de condiciones sociales adecuadas.
Marie Orensanz

10 de septiembre de 2015

Dormir en el bosque ...

Pensé que la tierra me recordaba, ella me recibió tan tiernamente, arreglando sus polleras oscuras, sus bolsillos llenos de líquenes y semillas. Dormí como nunca había dormido, una piedra en el lecho del río, nada entre yo y el fuego blanco de las estrellas más que mis pensamientos, y ellos flotaban livianos como polillas entre las ramas de los árboles perfectos. Toda la noche escuché los pequeños reinos que respiraban a mi alrededor, y los pájaros que hacen su trabajo en la oscuridad. Toda la noche subía y bajaba, como suspendida en agua, luchando contra una luminosa fatalidad. Para la mañana, me había fundido al menos una docena de veces con algo mejor.
Mary Oliver

30 de agosto de 2015

Las causas ...

Los ponientes y las generaciones. Los días y ninguno fue el primero. La frescura del agua en la garganta de Adán. El ordenado Paraíso. El ojo descifrando los colores. La palabra. El hexámetro. El espejo. El amor de los lobos en el alba. La Torre de Babel y la soberbia. El sol como un león sobre la arena. Las arenas innúmeras del Ganges. Chuang-Tzu y la mariposa que lo sueña. La manzana de oro de las islas. Los pasos del errante laberinto. El infinito lienzo de Penélope. El tiempo circular de los estoicos. La moneda en la boca del que ha muerto. El peso de la espada en la balanza. Cada gota de agua en la clepsidra. César en la mañana de Farsalia. Los fastos, los trofeos, los ejércitos. La sombra de las cruces en la tierra. Los rastros de las largas migraciones. El ajedrez y el álgebra del persa. La conquista de reinos por la espada. La brújula incesante. El mar abierto. El rey ajusticiado por el hacha. La voz del ruiseñor en Dinamarca. La escrupulosa línea del calígrafo. El rostro del suicida en el espejo. El naipe del tahúr. El oro ávido. Las formas de la nube en el desierto. Cada remordimiento y cada lágrima. Se precisaron todas esas cosas para que nuestras manos se encontraran.
Jorge Luis Borges

20 de agosto de 2015

Caminar de forma sagrada ...

Caminar de forma sagrada es hacer de la vida un arte, vivir cada momento como si fuese el último, dar cada paso como si fuese el primero. Inspirar amor y conciencia en este frágil cuerpo nuestro y entrar en el cuerpo mayor que todos compartimos. Ver que cada paso deber ser dado con ligereza, sin forzar nada, sin crear más ego. Caminar de forma sagrada es liberarnos de nuestro sufrimiento y permitir que la brillante esencia del momento dirija nuestro siguiente paso. En un cuerpo abierto, en una mente abierta, en un corazón abierto, las posibilidades son ilimitadas. La sanación se encuentra por doquier, cada paso es precioso, cada paso es una nueva sanación. 
Chamán Sioux Alce Negro

10 de agosto de 2015

Consolación del poeta ...

Puedo evocar sin dolor aquel romance extinguido. No hay amor como el amor de un idilio interrumpido. Todo en la vida traidora tiene un ocaso en su historia y haber vivido una aurora sin ocaso, es una gloria. Hablemos, pues, dulcemente de aquellas horas divinas y sin doblegar la frente ni llorar sobre sus ruinas. ¿Te acuerdas? Aquel estío fue propicio a mis canciones y vibraba el verbo mio como un haz de corazones. Cuántas veces, de los celos en el áspero amargor, hice de mi canto velos para esconder mi dolor. Y cuántas, en los delirios ardientes que desesperan te puse bajo mis lirios para que otros no te vieran. Todo acabó sin morir y murió sin acabar, porque no supo vivir o porque quiso expirar. ¿La razón? No la busquemos, es necio hurgar en lo arcano, lo quiso Dios, respetemos su designio soberano. Y pensemos solamente al mirar hacia aquel lado, que un amplio sol sin poniente nos ilumina el pasado.
Belisario Roldán

30 de julio de 2015

No te detengas ...

No dejes que termine el día sin haber crecido un poco, sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños. No te dejes vencer por el desaliento. No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte, que es casi un deber. No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario. No dejes de creer que las palabras y las poesías sí pueden cambiar el mundo. Pase lo que pase nuestra esencia está intacta. Somos seres llenos de pasión. La vida es desierto y oasis. Nos derriba, nos lastima, nos enseña, nos convierte en protagonistas de nuestra propia historia. Aunque el viento sople en contra, la poderosa obra continúa: Tu puedes aportar una estrofa. No dejes nunca de soñar, porque en sueños es libre el hombre. No caigas en el peor de los errores: el silencio. La mayoría vive en un silencio espantoso. No te resignes. Huye. "Emito mis alaridos por los techos de este mundo" dice el poeta. Valora la belleza de las cosas simples. Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas, pero no podemos remar en contra de nosotros mismos. Eso transforma la vida en un infierno. Disfruta del pánico que te provoca tener la vida por delante. Vívela intensamente, sin mediocridad. Piensa que en ti está el futuro y encara la tarea con orgullo y sin miedo. Aprende de quienes puedan enseñarte. Las experiencias de quienes nos precedieron de nuestros "poetas muertos" te ayudan a caminar por la vida. La sociedad de hoy somos nosotros: Los "poetas vivos". No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas.
Walt Whitman

20 de julio de 2015

Lo que siento por ti ...

Lo que siento por ti es tan difícil. No es de rosas abriéndose en el aire, es de rosas abriéndose en el agua. Lo que siento por ti. Esto que rueda o se quiebra con tantos gestos tuyos o que con tus palabras despedazas y que luego incorporas en un gesto y me invade en las horas amarillas y me deja una dulce sed doblada. Lo que siento por ti, tan doloroso como pobre luz de las estrellas que llega dolorida y fatigada. Lo que siento por ti, y que sin embargo anda tanto que a veces no te llega.
Idea Vilariño

10 de julio de 2015

La veleta y el viento ...

Como el mundo es redondo, se aconseja no situarse a la izquierda de la izquierda, pues, por esa pendiente, el distraído suele quedar de pronto a la derecha. Se han dado casos. Se repiten tanto en estos tiempos de confusa urgencia, que el que quiere cambiar la flor de mano debe ejercer la ciencia y la paciencia. Pero no en breves raptos o relámpagos ni a palos con el águila agorera, tampoco en conversadas salamancas de sexo y saxo y de pilosa niebla. Esas raras maneras del hartazgo suelen ser distracciones pasajeras, síntoma tipo de que el ocio endémico sustituye la historia por la histeria. Hay que ser consecuente con la furia! Escoger entre el viento o la veleta.
Armando Tejeda Gomez

30 de junio de 2015

Tu voz habla amorosa ...

Tu voz habla amorosa. Tan tierna habla que me olvido de que es falsa su blanda prosa. Mi corazón desentristece. Sí, así como la música sugiere lo que en la música no está, mi corazón nada más quiere que la melodía que en ti hay ¿Amarme? ¿Quién lo creería? Habla con la misma voz que nada dice si eres una música que arrulla. Yo oigo, ignoro, y soy feliz. Ni hay felicidad falsa, mientras dura es verdadera ¿Qué importa lo que la verdad exalta si soy feliz de esta manera?
Fernando Pessoa

20 de junio de 2015

Silencio ...

No digas nada, no preguntes nada. Cuando quieras hablar, quédate mudo: que un silencio sin fin sea tu escudo y al mismo tiempo tu perfecta espada. No llames si la puerta está cerrada, no llores si el dolor es más agudo, no cantes si el camino es menos rudo, no interrogues sino con la mirada. Y en la calma profunda y transparente, que poco a poco y silenciosamente inundará tu pecho de este modo, sentirás el latido enamorado con que tu corazón recuperado te irá diciendo todo, todo, todo. 
Francisco Luis Bernárdez

10 de junio de 2015

Miserables ...

Hay varias especies de miserables. Están por supuesto los asesinos, los canallas, los uxoricidas, los degolladores, los verdugos, los envenenadores, los parricidas. Pero hay miserables recónditos, ladinos, furtivos, solapados, que se enmascaran de honestos, se camuflan de héroes, se fingen generosos. La condición de miserable es un tumor del alma, casi siempre incurable, porque el alma no admite cirugías. Una loca ambición del miserable suele ser el poder. Aclaro que no todos los poderosos son miserables, pero sí los más encumbrados, los hacedores y/o financiadores de armas atómicas, los invasores de paisitos, los blancos que discriminan a negros y amarillos, los cazadores de palomas y de liebres, los inventores de calumnias. Hay miserables diplomados, que a veces llegan a ser miserables diplomáticos, y no faltan los que son miserables consigo mismos, esos que le hacen zancadillas a su buena fe, o sea los que se borran de su propia memoria para convertirse en solemnes granujas. Dicen que Dios creó a los miserables para proporcionar trabajo a los ángeles justicieros. Pero los miserables son capaces de cortarles las alas.
Mario Benedetti

30 de mayo de 2015

Oda al libro ...

Libro hermoso, libro, mínimo bosque, hoja tras hoja, huele tu papel a elemento, eres matutino y nocturno, cereal, oceánico, en tus antiguas páginas cazadores de osos, fogatas cerca del Mississippi, canoas en las islas, más tarde caminos y caminos, revelaciones, pueblos insurgentes, Rimbaud como un herido pez sangriento palpitando en el lodo, y la hermosura de la fraternidad, piedra por piedra sube el castillo humano, dolores que entretejen la firmeza, acciones solidarias, libro oculto de bolsillo en bolsillo, lámpara clandestina, estrella roja. Nosotros los poetas caminantes exploramos el mundo, en cada puerta nos recibió la vida, participamos en la lucha terrestre. ¿Cuál fue nuestra victoria? Un libro, un libro lleno de contactos humanos, de camisas, un libro sin soledad, con hombres y herramientas, un libro es la victoria. Vive y cae como todos los frutos, no sólo tiene luz, no sólo tiene sombra, se apaga, se deshoja, se pierde entre las calles, se desploma en la tierra. Libro de poesía de mañana, otra vez vuelve a tener nieve o musgo en tus páginas para que las pisadas o los ojos vayan grabando huellas: de nuevo descríbenos el mundo los manantiales entre la espesura, las altas arboledas, los planetas polares, y el hombre en los caminos, en los nuevos caminos, avanzando en la selva, en el agua, en el cielo, en la desnuda soledad marina, el hombre descubriendo los últimos secretos, el hombre regresando con un libro, el cazador de vuelta con un libro, el campesino arando con un libro.
Pablo Neruda