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30 de abril de 2016

Desnudo de mujer ...


Para ti nunca fui más que un pedazo de mármol. Esculpiste en él mi cuerpo, un cuerpo de mujer blanco y hermoso, en el que nunca viste más que piedra y el orgullo, eso sí, de tu trabajo. Jamás imaginaste que te amaba y que me estremecía cuando, dulce, moldeabas mis senos y mis hombros, o alisabas mis muslos y mi vientre. Hoy estoy en un parque, donde sufro los rigores del frío en el invierno, y en verano me abraso de tal modo que ni siquiera los gorriones vienen a posarse en mis manos porque queman. Pero, de todo, lo que más me duele es bajar la cabeza y ver la placa: «Desnudo de mujer», como otras muchas. Ni de ponerme un nombre te acordaste.
Amalia Bautista