Como el mundo es redondo, se aconseja no situarse a la izquierda de la izquierda, pues, por esa pendiente, el distraído suele quedar de pronto a la derecha. Se han dado casos. Se repiten tanto en estos tiempos de confusa urgencia, que el que quiere cambiar la flor de mano debe ejercer la ciencia y la paciencia. Pero no en breves raptos o relámpagos ni a palos con el águila agorera, tampoco en conversadas salamancas de sexo y saxo y de pilosa niebla. Esas raras maneras del hartazgo suelen ser distracciones pasajeras, síntoma tipo de que el ocio endémico sustituye la historia por la histeria. Hay que ser consecuente con la furia! Escoger entre el viento o la veleta.
Armando Tejeda Gomez