No se puede prohibir, ni se puede negar el derecho a
vivir, la razón de soñar. No se puede prohibir, el creer ni el crear, ni la
tierra excluir, ni la luna ocultar. No se puede prohibir, ni una pisca de amor,
ni se puede eludir que retoñe la flor. Ni del alma el vibrar, ni del pulso el
latir, ni la vida en su andar. No se puede prohibir, la elección de pensar ni
se puede impedir, la tormenta en el mar. No se puede prohibir, que en un vuelo
interior un gorrión al partir, busque un cielo mejor. No se puede prohibir, el
impulso vital, ni la gota de miel, ni el granito de sal. Ni las ganas sin par,
ni el deseo sin fin de reir, de llorar. No se puede prohibir, el color tornasol
de la tarde al morir, en la puesta de sol. No se puede prohibir, el afán de
cantar, ni el deber de decir lo que no hay que callar. Sólo el hombre incapaz
de entender, de sentir, ha logrado, al final, su grandeza prohibir, y se niega
el sabor y la simple verdad, de vivir en amor y en total libertad. Si tuviese
el poder de poder decidir, dictaría una ley: Es prohibido prohibir !
Eladia
Blázquez