Lo llevo en mi corazón, nunca estoy sin él, tú vas
dondequiera que yo voy, amor mío; y todo
lo que hago por mí mismo lo haces tú también, amada mía. No temo al destino,
pues tú eres mi destino, mi amor. No deseo ningún mundo, pues hermosa tú eres
mi mundo, mi verdad y tú eres todo lo que una luna siempre ha sido y todo lo
que un sol cantará siempre eres tú. He aquí el más profundo secreto que nadie
conoce, he aquí la raíz y el brote del brote y el cielo del cielo de un árbol
llamado vida; que crece más alto de lo que un alma puede esperar o una mente
puede ocultar y éste es el prodigio que mantiene a las estrellas separadas.
Llevo tu corazón, lo llevo en mi corazón.
Edward Cummings