Si alguien llama a tu puerta, amiga mía, y algo en tu sangre late y no reposa, y en su tallo de agua temblorosa, el surtidor florece su alegría.
Si alguien llama a tu puerta y todavía te queda tiempo para ser hermosa, si aún existe la arteria de la rosa para tomarle el pulso a la poesía.
Si alguien llama a tu puerta una mañana, sonora de palomas y campanas y aún crees en el dolor de la alegría; si aún la vida es verdad y el beso existe.
Si alguien llama a tu puerta y estás triste, abre que es el amor, amiga mía.
Si alguien llama a tu puerta y todavía te queda tiempo para ser hermosa, si aún existe la arteria de la rosa para tomarle el pulso a la poesía.
Si alguien llama a tu puerta una mañana, sonora de palomas y campanas y aún crees en el dolor de la alegría; si aún la vida es verdad y el beso existe.
Si alguien llama a tu puerta y estás triste, abre que es el amor, amiga mía.
Gabriel García Márquez