Un “chanta” con frases
memorables:
Dejámelo a mí ... El chanta promete soluciones a todos los problemas. Puede ser un desperfecto en una computadora, como
una pelea familiar. Su saber es tan vasto como su audacia.
Decí que vas de parte mía ... En
todas partes hay un conocido del chanta. Siempre
se trata de alguien influyente, nada de pinches.
Nos criamos juntos ... No
existe famoso que no haya ido a la escuela con el chanta. Y,
se descuenta, lo aprendió todo de él.
Ya lo sabía ... Ni
sueñe con sorprender al chanta desinformado. Domina
hasta los secretos de Estado.
Dése una vueltita la semana que viene y lo arreglamos ... Las
vueltitas se repetirán y el chanta cada vez extenderá la prórroga. Una
buena frase para este trance: “Cómo
me voy a olvidar, lo que pasa es que estoy tapado de laburo”.
Me hubieses dicho a mí ... Uno
hizo una cola de tres horas para completar un trámite y se lo cuenta, agobiado,
al chanta. Pero
cómo no se le ocurrió avisarle: sus contactos hubieran resuelto el asunto en un
par de minutos.
Yo sé lo que te digo, comprá un taxi que es lo único que deja
... También
puede recomendar invertir en acciones, dólares, bonos, un quiosco o repuestos
para submarinos. Experto
en movidas económicas, el chanta siempre tiene la justa sobre qué hacer con los
ahorros de los demás.
Con un poco de cinta aisladora se arregla ... El
método es indistinto para reparar una plancha o una central termonuclear. Del
mismo modo, el chanta confía en que “una manito de pintura” puede transformar
una pocilga destartalada en una casa confortable. Siempre
y cuando allí vayan a vivir otros.
Soltame que lo mato ... Debe
leerse: “Quedate en el medio así no me pega”. El
chanta nunca exhibirá su pánico, aunque enfrente tenga a un camionero de dos
metros enfurecido.
Dante Quintero