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30 de julio de 2012

Arco iris ...

A veces por supuesto usted sonríe y no importa lo linda o lo fea, lo vieja o lo joven, lo mucho o lo poco que usted realmente sea. Sonríe cual si fuese una revelación y su sonrisa anula todas las anteriores, caducan al instante sus rostros como máscaras, sus ojos duros frágiles como espejos en óvalo, su boca de morder, su mentón de capricho, sus pómulos fragantes, sus párpados, su miedo. Sonríe y usted nace, asume el mundo, mira sin mirar, indefensa, desnuda, transparente. Y a lo mejor si la sonrisa viene de muy, de muy adentro, usted puede llorar sencillamente sin desgarrarse, sin desesperarse, sin convocar la muerte, ni sentirse vacía, llorar sólo llorar. Entonces su sonrisa, si todavía existe, se vuelve un arco iris.
Mario Benedetti