Si volviera a elegir mi ropa nueva, la casa en qué vivir, mi propia cuna, los amigos, la música, el perfume. Y una noche de abril oliendo a luna. Si volviera a tomar entre mis manos la tierra fecunda y primorosa y hacer que brotaran de su seno pletóricos de sol, el trigo y la amapola. Si volviera a caminar entre naranjos, dorarme al sol en la arena de la playa, amar a un hombre total y para siempre. Y mojar mis pies con el rocío de la mañana. Si otra vez volviera a tener hijos y llevarlos de la mano hacia la escuela, y los viera crecer, hacerse hombres y alcanzar la plenitud de ser abuela. Todo esto lo haría muy despacio, valorando cada hora y su minuto, bebiendo lentamente en la copa de la vida el zumo amargo y dulce de maduros frutos. Si pudiera volver el tiempo atrás y elegir el camino del futuro, volvería a transitar la misma senda, pero esta vez, lo haría sin apuro.
Justa de Negro