Traductor ...

30 de abril de 2014

A propósito de Eros ...

De todas las terrenas servidumbres que aprisionan mi afán en esta cárcel me confieso deudora de la carne y de todos sus íntimos vaivenes que me hacen más feliz y menos libre. A veces, sin embargo, la esclavitud se muestra soberana y me siento señora del destino. Porque sé amar, porque probé la fruta y no maldije nunca su sabor agridulce, porque puedo ofrecer mi corazón intacto si el camino se digna requerirlo, porque resisto en pie, con humilde firmeza, el rigor de este fuego que enloquece. En este fragor mudo en el que todos somos rufianes, vagabundos, desposeídos y presos no existen vencedores ni vencidos y mañana no arrienda la ganancia de ayer. Que no entre en la batalla quien sucumba ante el rencor pequeño de las humillaciones. Sabed, son necesarias descomunales dosis de grandeza de espíritu y coraje en las lides calladas de la pasión humana. La recompensa, en cambio, es sustanciosa. Ser súbdito tan sólo de la naturaleza, no temer a la muerte ni al olvido, no aceptarle a la vida una limosna, no conformarse con menos que todo.
Raquel Lanseros