A veces, tan ligera como un pez en el agua, me muevo entre las cosas feliz y alucinada.
Feliz de ser quien soy, sólo una gran mirada: ojos de par en par y manos despojadas.
Seno de Dios, asombro lejos de las palabras.
Patria mía perdida, recobrada.
Rosario Castellanos