En
mi flor me he escondido para que, si en el pecho me llevases, sin sospecharlo
tú también allí estuvieras. Y sabrán lo demás, sólo los ángeles. En mi flor me
he escondido para que, al deslizarme de tu vaso, tú sin saberlo sientas casi la soledad que te he dejado.
Emily Dickinson