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10 de septiembre de 2011

Amorosa anticipación …

Ni la intimidad de tu frente, clara como una fiesta, ni la costumbre de tu cuerpo, aún misterioso y tácito y de niña, ni la sucesión de tu vida asumiendo palabras o silencios serán favor tan misterioso como mirar tu sueño implicado en la vigilia de mis brazos. Virgen milagrosamente otra vez por la virtud absolutoria del sueño, quieta y resplandeciente como una dicha que la memoria elige, me darás esa orilla de tu vida que tu misma no tienes. Arrojado a quietud, divisare esa playa ultima de tu ser y te veré por vez primera, quizá, como Dios a de verte, desbaratada la ficción del tiempo, sin el amor, sin mí.
Jorge Luis Borges